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domingo, 17 de septiembre de 2017

La pérdida de Canela y la llegada de Cookie.

     La pérdida de Canela en noviembre de 2016, no sabemos por qué motivo, nos da un primer golpe emocional. Se marchaba una de las dos hermanas. Nunca supimos qué pasó. De repente la encontramos débil, y en "cuatro días" se nos marchó. Nos tuvo desconcertados, porque lo mismo estaba débil, que la veíamos corretear como si nada hubiera pasado.

Canela

     La pobre sufrió mucho. Nunca olvidaré sus últimos minutos sobre mi mano, pero al final, descansó.

     La casualidad hizo que al siguiente día en que Canela nos dejó, nos pasáramos por una tienda de animales, como el que no quiere la cosa, y allí estaba en un rincón dormida. Era muy pequeña y se parecía mucho a Canela. Con su pelo fino y moteado. No podíamos dejarla allí. El destino la había puesto en nuestro camino, y no podíamos echar la vista para otro lado. Así que se vino con nosotros.

Cookie

     Llegamos a casa y la instalamos en su nuevo hogar. Había que ponerle un nombre y barajamos varias opciones, pero no nos poníamos de acuerdo. Se lo comentamos a nuestra amiga Nicole Ploemacher, y ella dijo: "¿Por qué no le ponéis Cookie, como las galletas?". Pues ni una palabra más. Así que como nosotros decimos, Nicole es su madrina porque ella la bautizó como Cookie.

Cookie

          La pequeña Cookie, es miedosa y desconfiada. Cómo no, es muy jovencita y acaba de llagar a su nuevo hogar. Ahora tendrá que pasar el periodo de adaptación, lo cual requerirá paciencia por nuestra parte. No debemos agobiarla. Comenzamos por acercarnos y hablarle despacito, para que vaya reconociendo nuestra voz.

Cookie

     Pronto irá descubriendo su nuevo hogar. Se irá familiarizando con su rueda, su despensa, su cama, etc. Todo ello contribuye a ganar más confianza. Comenzamos a darle comida, y con paciencia, en unos días se atreverá a comer de nuestras manos.

Cookie comiendo verdura.

Cookie cogiendo comida de nuestra mano.

     Los hamsters necesitan un tiempo para adaptarse a su nuevo hogar y a su nueva familia. No debemos obviar que muy jovencitos son apartados de su familia, de sus hermanos, y son trasladados a un nuevo lugar que para ellos es toda una selección de nuevas experiencias a las que se tendrán que ir acostumbrando y reconociendo como amigables y beneficiosas para ellos. 

Cookie, aún no se atreve a salir.

     No hay que tener prisa y precipitar los pasos, ya que una mala experiencia podría retrasar su adaptación y luego nos costaría mucho más conseguir su confianza. Insisto: poco a poco y sin prisa. En unos días, Cookie ya se deja coger, aún la falta un poquito de confianza, pero es un gran paso.

Cookie con Mari.

      Muy pronto ya la vamos a ver corriendo y jugando por el sofá. 



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